No debemos acostumbrarnos a vivir en un clima de violencia: Alba D�az


Publicada: 09-octubre-2014

La Paz, Baja California Sur.- El obispo de La Di�cesis de La Paz, Miguel �ngel Alba D�az, emiti� una carta escrita en la que hace un llamado "a quienes tienen el poder en nuestro pueblo, gobiernos y empresarios, para que trabajen en la construcci�n de una sociedad m�s justa, en donde haya oportunidades de trabajo para todos, con salarios m�s justos que eviten la tentaci�n de conseguir el dinero f�cil".

Dice que no son pocos los que, viviendo en la extrema pobreza y ante la falta de oportunidades de un trabajo digno, en su frustraci�n optan equivocadamente por el camino f�cil que los lleva a vivir- aunque por un periodo breve.- lo que para ellos era una meta, encontrar la felicidad en lo material.

En la misiva, el prelado se�ala que antes de Odile se hablaba de diez y hasta quince ejecuciones, mismas que cimbraron a nuestra sociedad, pero no faltan los que dicen "eso es lo que sabemos, hay muchos filtros en la informaci�n, �Cu�ntos mas habr�?", observ�.

Destac� que Odile nos hizo olvidar temporalmente este problema, pero la violencia ha resurgido y este clima nos obliga a hacer un alto y reflexionar de una manera responsable y propositiva. Vivimos en una �poca en la que todo pasa r�pido y la repetici�n de hechos nos lleva a acostumbrarnos a los mismos, perdiendo la capacidad de asombro. "Hay que gritarlo en voz alta: No debemos de acostumbrarnos a vivir en un clima de violencia, eso nos lleva a la indiferencia y a construir culpables alrededor, sin asumir la parte que nos corresponde", refiri�.

De igual forma hizo hincapi� en que ya no somos ajenos a este fen�meno, no solo nacional, sino mundial. "En lo primero que pensamos es en el narcotr�fico a gran escala, pero la realidad es que ahora el narcomenudeo nos est� llevando a situaciones nunca antes vistas en nuestro medio, las conoc�amos en otras latitudes por lo que escuch�bamos en los noticieros. Y si queremos ser justos, debemos reconocer que es un problema cada vez m�s local, dejemos de fincar responsabilidades s�lo en 'gente que ha llegado de fuera', varios de los ejecutados tienen origen y apellidos sudcalifornianos", recalc�.

"Me viene a la memoria la palabra de Jes�s que nos dice: donde est� el cad�ver tambi�n all� se reunir�n los buitres (Lucas 17,37). Una sociedad moribunda en sus tradiciones, en sus valores �ticos y religiosos, se vuelve f�cil presa de los buitres que acechan la podredumbre y la carro�a. Es un mal que ha penetrado todas las instituciones, comenzando por la piedra angular de ellas, la familia", evoc�.

El obispo de la Di�cesis de La Paz mencion� que la desintegraci�n y la violencia intrafamiliar se ha trasladado a la calle, a la escuela, a los ambientes de trabajo. El todo es un reflejo de las partes, la violencia que lleva a asesinar -en muchos de los casos- tiene su ra�z en la falta de formaci�n del ni�o que, tarde o temprano, se volver� un delincuente. La ausencia de amor en el hogar lleva al individuo a guiarse por los instintos m�s bajos, es Ca�n que sigue atentando contra su hermano.

"�Hasta d�nde vamos a llegar? La mayor parte de los asesinatos tienen relaci�n con el tr�fico y consumo de drogas, pero a�n as� muchos abogan porque su venta y uso sea legal. Se gasta mucho en campa�as de prevenci�n contra el tabaquismo, las bebidas edulcoradas y la comida chatarra por los da�os que pueden ocasionar a la persona, pero nunca se ha visto a alguien que asesine despu�s de haber consumido estos productos. �Qu� intereses se mueven detr�s del tr�fico de mayor parte de los asesinatos tienen relaci�n con el tr�fico y consumo de drogas, pero a�n as� muchos abogan porque su venta y uso sea legal. Se gasta mucho en campa�as de prevenci�n contra el tabaquismo, las bebidas edulcoradas y la comida chatarra por los da�os que pueden ocasionar a la persona, pero nunca se ha visto a alguien que asesine despu�s de haber consumido estos productos. �Qu� intereses se mueven detr�s del tr�fico de estupefacientes que ha rebasado al poder judicial y todo lo que de �l se deriva?", cuestion�.

Evidenci� que es ingenuo hablar de hechos aislados cuando, hasta en peque�as poblaciones de nuestro territorio, vemos con m�s frecuencia el enfrentamiento entre grupos del crimen organizado. Algunos se consuelan diciendo que se est�n eliminando entre ellos, pero son ellos los que siguen surtiendo la droga a nuestro pueblo, sobre todo entre los j�venes y adolescentes. Ah� est� el verdadero problema, si la demanda sigue creciendo tambi�n crecer� la lucha por el mercado de quienes la distribuyen, aumentando cada d�a la ola de violencia.

"Con frecuencia se nos acercan los feligreses a sacerdotes y pastores quej�ndose de que en su barrio ya no se vive con tranquilidad, han perdido la confianza en la polic�a pues ven c�mo se hacen de la vista gorda frente a los narcomenudistas, los cuales realizan 'su trabajo' de manera descarada, ya no se esconden, se ve en cualquier esquina y a plena luz del d�a. Hasta se les ve dialogando entre ellos. Entendemos que no todos los polic�as est�n implicados, existen los buenos, pero es sabido que algunos son parte de esa telara�a criminal y muchos sospechan que tambi�n hay altas autoridades involucradas en ella. Ese es el ambiente de desconfianza que se vive en la mayor�a de las poblaciones de la Baja California Sur", apunt�.

Expres� que tenemos qu� demostrar que somos un pueblo sano para alejar a los buitres que merodean buscando la carro�a y lo podrido, pero no es �sta una tarea exclusiva de nuestras autoridades, digamos que ellos tienen la responsabilidad de velar por nuestra seguridad. "Pero ni teniendo a un polic�a en cada esquina se acabar� el problema, menos cuando a muchos hasta el mismo polic�a les provoca desconfianza; la respuesta est� en la base de la sociedad, es decir, en la familia. Y viene por a�adidura el trabajo a realizar en el campo educativo y las iglesias, desde la formaci�n temprana y en aquella que debe ser permanente", asegur�.

"No dejemos que la maldad toque a la puerta de nuestra casa, tampoco permitamos que dentro de ella se vaya adue�ando el mal. Dentro de cada ni�o existe un futuro profesionista, una persona de bien, un buen cristiano, un buen ciudadano. Pero, si no hacemos algo por ofrecer una formaci�n m�s integral, aunque lastimen estas palabras, tambi�n dentro de cada uno de ellos existe un narcotraficante, un rapi�ero, un delincuente o un asesino en potencia. Hermanos y hermanas, Odile con toda su fuerza y su furia nos dej� seis muertos �La violencia fraticida cu�ntos muertos lleva y cu�ntos m�s nos dejar�? La responsabilidad es de todos, con mi cari�o y mi bendici�n, Miguel �ngel Alba D�az", concluy�.




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